Fresco lento
Era un sábado, cerca de las 3 de la tarde… el día había amanecido cálido, pero poco a poco se fue nublando y el viento sur refrescó la tarde de septiembre. Camino a Alberdi me crucé con don Román, su carreta y su lento y tranquilo paso.
La mirada entrecerrada, medio de costado, como desconfiando y su quépi rojo. Levanté mi mano, saludé y sonreí. Me susurró en guaraní, pero no entendí, sin aminorar su paso siguió su rumbo. Me imagino que me habrá dicho que era leña para la semana.